En la última fiesta me puse a hablar con mi amiga Shayla sobre lo último que había sucedido en el grupo: Bluma había roto con su pareja. No se sabía muy bien qué había pasado, con lo bien que parecían llevarse…, pero todo el mundo hablaba sobre eso.
Salió el tema de cambio de pareja, sus ventajas e inconvenientes, y mi amiga me comentó que acababan de poner un club liberal en la capital, y como aquí en el pueblo no hay muchas oportunidades, y ya nos conocemos todo el mundo, fantaseamos sobre la posibilidad de ir, solo para mirar. Ya en casa le conté a mi pareja la conversación que había tenido con Shayla, y lo que habíamos hablado. No pareció darle importancia y dijo: vete con tus amigas. Vale, contesté, aunque en mi interior me hubiera gustado que me acompañara.
Yo me encuentro bien con mi pareja, pero no sé si con el paso del tiempo, mi interior ha cambiado, lo que sé, y nunca se me había ocurrido, es que contemplo mirar a otra mujer. Mis amigas siempre me han parecido guapas, cada una con su estilo, pero guapas y buenas personas. El estar con otra mujer, nunca ha supuesto un problema para mí. Se está con el cuerpo, con el alma, con la persona que te atrae, lo demás no importa.
El volver a mirar a una persona con deseo, con ese ardor que yo pensaba juvenil, no me había vuelto a pasar, sin embargo, ahora con mi amiga Shayla, lo volvía a sentir.
Ese quedarse con la boca un poco abierta porque necesitas una oxigenación más alta; esa sonrisa algo ladeada, pero sincera de querer amar sin poder evitarlo; ese calor interior que reconforta a la vez que exaspera y la seguridad de que lo que deseas es sincero, me llevaron a ir al club liberal con mi amiga.
En aquel ambiente empezamos a comunicarnos de otra manera. Nos desnudamos, empezamos a recorrernos y nos conocimos como nunca antes lo habíamos hecho, solo quedaron en el aire preguntas de cada una sobre la otra, sobre sentimientos y sobre futuro. Eso fue hace cinco años y seguimos juntas preguntándonos qué es lo mejor para la otra.
VIRtudess
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